Processos formativos em diferentes espaços educativos

Daniele Lopes Oliveira, Vinicius Seabra

PREFÁCIO

El estudio del contexto muestra que la visión de todo proceso educativo ya sea formal, no formal o informal, debería ser educar para la vida, conectarse a ella y hacer de los participantes personas sociales. Se educa para la vida, pero la vida en sociedad. Las personas deben formarse integralmente para que puedan aplicar cualquier conocimiento adquirido y existente en su vida cotidiana y con los grupos con quienes se relaciona.

El presente texto: PROCESSOS FORMATIVOS EM DIFERENTES ESPAÇOS EDUCATIVOS, los organizadores Daniele Lopes Oliveira y Vinicius Seabra lo sitúan en un contexto de educación para la vida, la cual ha desarrollado un papel fundamental en la formación ética e intelectual de los participantes que se insertan en sus procesos formativos. La educación comunitaria consiste en la creación de espacios públicos que tomen en cuenta los intereses y las necesidades de las personas a la hora de diseñar programas y proyectos, por lo cual se puede decir que busca el desarrollo del sujeto en la vida cotidiana. Ayuda también a la integración de grupos vulnerables, pues crea espacios en los que los participantes pueden expresar con libertad ideas, sentimientos y emociones, además de que desarrolla en sus distintas actividades temas de relevancia social y comunitaria.

Los procesos formativos en diferentes espacios educativos tienen como principios la solidaridad, el cooperativismo y la autogestión; asimismo, puede funcionar como un medio para fomentar la multiculturalidad, la cultura de la paz, el cuidado del medio ambiente y el desarrollo de habilidades cognitivas simultáneamente, entre otros temas convencionales o emergentes. Además, brinda espacios para la participación política, permite la expresión de la ciudadanía en materia de educación y promueve la intervención comunitaria en temas de democracia dando como resultado la inclusión. Al desarrollar conocimientos y destrezas específicas en los sujetos, permite que en ellos surja un empoderamiento ciudadano (UNESCO, 2017).

La formación en diferentes espacios educativos puede ayudar a que los participantes tengan interés en temas de relevancia personal y social. En este sentido, la teoría pedagógica con un enfoque crítico se puede mirar como una forma de entender y explicar la realidad que le toca vivir al ser humano y le permite estar consciente del lugar que ocupa en la sociedad, para emprender la búsqueda de la conciencia, la emancipación y la liberación de un sistema homogeneizador, deshumanizante y totalizador. Encuentra que la forma para poder salir de esa opresión es reflexionar sobre la realidad misma a través de la lectura de su contexto para así tomar conciencia y despertar del dominio que tiene la clase en el poder. Tales espacios educativos son flexibles que, entre otras cosas, desarrollen redes de personas, tanto al interior del espacio formativo como fuera de éste y puedan cumplir con formar personas ofreciendo una alternativa educativa que promueve el cambio de actitudes, valores y conductas para una buena convivencia comunitaria.

El texto nos lleva a pensar en espacios flexibles que fomenten, a partir del diálogo y la reflexión crítica, el análisis de problemáticas sociales, de temas que operen como fusión de culturas, que prevengan la violencia, desarrollen la integración social y la tolerancia, así como el respeto, y que al mismo tiempo desarrollen conocimiento académico. Por tanto, el educador debe tener flexibilidad para poder insertarse en la comunidad, tener interés por el proyecto educativo y la transformación del entorno, ser empático con los participantes, tomar en cuenta las necesidades del contexto y los intereses de las personas, además, planificar los procesos formativos, darles seguimiento y hacer adaptaciones de acuerdo con el progreso de los participantes.

La lectura de los once capítulos nos proporciona una serie de experiencias en las que confluye una idea sobre la formación a lo largo de la vida con disposición para la innovación educativa y la transformación de sus actores. Los temas abordados son cruciales para entender que en los tiempos de cambio se requiere hacer ajustes en la formación en diferentes espacios educativos, en donde se modifiquen los aprendizajes y la educación se realice de manera colaborativa a fin de que las personas lean el mundo, reconozcan sus capacidades para ello se requieren procesos formativos que fomenten el respeto por la desigualdad o la diferencia, que promuevan el cuidado de la salud y el uso de las tecnologías. En su conjunto este libro aporta elementos muy bien fundamentados sobre los procesos de formación en diferentes espacios educativos, avanza con ello sustancialmente en nuestro conocimiento acerca de la educación no formal.

Aprendemos de esta experiencia de colaboración compartida sobre la importancia de recuperar los conocimientos adquiridos a lo largo de la vida en diferentes espacios educativos; nos invita a reflexionar acerca los saberes de las abuelas que cuidan a sus nietos en la última etapa de la vida, o sobre lo vivido, la formación de jóvenes y adultos; la gestión democrática, gobernanza, el liderazgo y la cultura organizacional, la formación del educador en nuevos escenarios educativos. Con todo ello se avanza al debate de la formación de ciudadanos proactivos para que las comunidades de bajos recursos se involucren para mejorar sus condiciones de vida; formar consumidores responsables y en armonía con la naturaleza, es decir formar una ciudadanía activa, crítica, reflexiva. Lo que decimos a los niños es menos importante que nuestro ejemplo. Si se desea que los niños aprendan se requiere que los adultos desarrollen todo lo anterior.

En síntesis, se trata de no sólo formar para cumplir las necesidades de los empleadores, sino de que la educación tenga sentido para las personas. Sin lugar a dudas la educación del SXXI tiene como reto atender, entre otras, las tendencias en migración, el cambio climático, la resiliencia; este enfoque educativo requiere una nueva agenda que promueve el trabajo digno y crecimiento productivo. Para lograr estas intenciones se requiere provisión de itinerarios de aprendizaje múltiples y flexibles, puntos de entrada y puntos de reingreso en todas las edades y todos los niveles. Hacer puentes entre la estructura formal, no formal e informal que conduzca a impulsar ciudades de aprendizaje, así como un currículum diseñado para formar ciudadanos comprometidos. La educación para la vida en diferentes espacios educativos implica un nuevo diálogo, una forma de construcción a fin de empoderar a través del conocimiento a la comunidad.

En fin, en este Siglo XXI empezamos a tomar conciencia. Hay voluntad, pero quizás también carencia de programas para ubicar y enraizar el cambio deseado. El texto nos orienta en ese camino.

Profa. Dra. Alicia Rivera Morales

Universidad Pedagógica Nacional (UPN)Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)Mayo de 2020

Ano de lançamento

2020

ISBN [e-book]

978-65-86101-66-9

Número de páginas

240

Organização

Daniele Lopes Oliveira, Vinicius Seabra

Formato